Ya tradicionalmente y a través de la psicología popular, es
bien conocido que los grandes genios de la historia, aquellos que crearon las
más hermosas obras dignas de admiración (ya fuera en forma de arte, inventos, o
corrientes de pensamiento que revolucionaron su época), se caracterizaban tanto
por una creatividad muy fuera de lo común como, la gran mayoría de ellos, por un carácter excéntrico y alejado del
comportamiento “normal” de los individuos de su época.
Tanto es así, que cuando hablamos de científico o de inventor, nuestra mente construye rápidamente una imagen de genio “loco”, de pelos alborotados, socialmente retraído, excéntrico y peculiar, que hoy día bien podría encajar en los perfiles diagnósticos de la psicología y la psiquiatría, como ya sucediera en el caso de Vicent Van Gogh o de Isaac Newton.
En este punto la ciencia, rara vez alejada de la psicología popular, había intentado en innumerables ocasiones conocer más acerca de esta hipotética relación creatividad-trastornos psicológicos, sin embargo, si bien es verdad que muchos de sus estudios han confirmado que, en efecto, existe una relación entre ambos constructos, ninguno de estos estudios realizados había podido clarificar o delimitar de qué tipo de relación se trata. Hasta hoy.
Un reciente un estudio del Instituto de Psiquiatría,
Psicología y Neurociencia del King’s College de Londres, ha verificado que tal como se suponía existe una relación no sólo estrecha sino directa entre la Creatividad y
los Trastornos Esquizofrénicos y Bipolares concretamente: y es que al parecer todos ellos
comparten las mismas raíces genéticas.
Para llegar a esta conclusión, los científicos del King’s
College realizaron un exhaustivo estudio en el que evaluaron las puntuaciones
de riesgo genético de padecer un Trastorno Psicológico en
una muestra de más de 86.000 personas de todo tipo pertenecientes a población
islandesa, entre las cuales participaban también individuos con características
y/o profesiones creativas como músicos, pintores o escritores.
Los resultados obtenidos reflejaron puntuaciones genéticas significativamente
más altas, estos es, mayor riesgo a padecer Trastornos, específicamente Esquizofrénicos y
Bipolares, entre aquellos participantes que puntuaban más alto en la variable
creatividad y además con profesiones también creativas, lo que en último término se
traduciría en raíces genéticas comunes entre estos tres factores.
Estos hallazgos sin duda suponen un antes y un después en el
conocimiento de estas enfermedades, pues, si bien dejan abiertos muchos más
interrogantes que la ciencia aún deberá indagar, también es cierto que
aseguran una dirección de estudio prometedora en su tratamiento.
Si la creatividad, relacionada con la manera original y
novedosa de percibir y procesar cognitiva y emocionalmente el ambiente, y los
Trastornos Esquizofrénicos y Bipolares, relacionados con procesos cognitivos y
emocionales disfuncionales de comunicarse con ese ambiente, comparten una misma
raíz genética:
¿Sería la creatividad la expresión más light de estos
Trastornos? ¿Qué tipo de influencia más específica existe entre ambos? ¿La primera predispone a los segundos? ¿O por el
contrario son los Trastornos quienes predisponen la Creatividad? ¿Podría crearse un tratamiento que modificase
dicha relación de manera que el enfermo esquizofrénico o bipolar pasase a
ser simplemente “creativo”? ¿O podría ser la correcta expresión de la
creatividad un tratamiento altamente eficaz para estos trastornos?
Y si
fuéramos un pasito más allá ¿Y si el trastorno existiera tan sólo en la disfunción
adaptativa del individuo excepcionalmente creativo con su sociedad? ¿Qué
debería revisarse entonces?
Patricia Merino López 15/06/2015
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