Charles Darwin definió la "Selección Natural" como
el proceso a través del cual la reproducción de los organismos terrestres se
ve, bien favorecida o desfavorecida, por las fuerzas de interacción mutua entre
éstos mismos y su ambiente natural, siendo en ella donde tiene lugar la
evolución.
Es otras palabras, Darwin definió (genialmente) que todos
los organismos, y en nuestro caso las personas, vamos evolucionando en
adaptación mutua con el ambiente que nos rodea. Esto implica que absolutamente
todas las partes de nuestro organismo son funcionales a él. Los ojos para ver
lo que nos rodea, los oídos para oír, los pulmones para respirar el oxígeno que
hay en la tierra, etc.
No obstante, en el camino sin fin que todas las especies realizan
hacia la perfección para el ambiente, surgen (como en todas las cosas) determinadas
ocasiones concretas en las que estas funciones que favorecen la adaptación al
entorno en unos momentos específicos, en otros hacen todo lo contrario,
convirtiéndose así en pequeños fallos o errores funcionales.
Es el caso de los errores mentales o sesgos cognitivos.
¿Qué son los sesgos cognitivos?
Se entiende por sesgo cognitivo un error de pensamiento o
desviación de lo que debería ser un pensamiento normal y adecuado a las
circunstancias. Son pequeños "fallos" que la mente humana comete sin
querer y que sólo el conocimiento de su existencia puede subsanar.
Así, los psicólogos tenemos muy presentes estos sesgos
cognitivos (que la ciencia nos ha permitido comprobar) a la hora de elaborar nuestros
tratamientos, ya que en muchas ocasiones pueden dar lugar a un perjuicio en la vida
de las personas.
Es por eso, que hoy nos aventuramos a contaros en qué
consisten los 3 sesgos más relevantes en este área de conocimiento.
¿En qué consisten los sesgos cognitivos?
SESGO DE CONFIRMACIÓN
Es la tendencia a buscar, atender o acercarnos solamente a
información que confirme nuestras creencias, ignorando todo lo demás. Sirva
como ejemplo el comprar un periódico y no otro, hacer amistad con unas personas
y no con otras, o simplemente no entendernos con los demás en un debate o
discusión.
El sesgo de confirmación es muy funcional cuando estamos
buscando información para resolver cierto problema. Se podría decir que en este
caso, nuestro cerebro se vuelve selectivo para favorecer que resolvamos el
problema que nos preocupa y dejar así de sufrir.
No obstante se vuelve altamente disfuncional cuando por
ejemplo sólo nos rodeamos de personas que coinciden con nuestras creencias o
también cuando en un debate o discusión sólo atendemos a lo que confirma nuestro
pensamiento, pues en ambos casos estaríamos ignorando información valiosa que
podría ser incluso más beneficiosa que nuestros propios pensamientos para lograr
nuestros objetivos o resolver nuestros problemas.
SESGO RETROSPECTIVO
Es la tendencia a sobrevalorar nuestras creencias pasadas.
Puede servir de ejemplo cuando sucede algo y decimos aquello de "ya sabía
que iba a pasar".
Sin embargo, lo cierto y verdad es que se ha comprobado que
la valoración del antes y el después es bien distinta, produciéndose además una
sobreestimación cuando se realiza la valoración del después.
El sesgo retrospectivo puede volverse disfuncional cuando
por ejemplo no damos importancia a un hecho que contrariamente valorábamos como
esperado y/o deseado, e ignoramos toda esa activación, esa esperanza, la sorpresa,
etc. Que el resultado ha tenido sobre nosotros de manera importante.
SESGO DE FALSO CONSENSO
Seguro que todos alguna vez nos hemos preguntado... ¿pero
cómo puede haber gente que piense así? Pues bien, el sesgo de falso consenso
explica esta sorpresa.
Este sesgo define la tendencia errónea de las personas a
creer que sus propias creencias, valores y pensamientos están bastante más
extendidos en la población de lo que en realidad lo están. Esto es, creemos que
todo el mundo piensa más o menos como nosotros y además con muy poco rango de
variación.
Obviamente, nada más lejos de la realidad...
En resumen, todos los sesgos cognitivos pueden
desfavorecernos cuando, no siendo conscientes de su existencia, mantenemos una
excesiva rigidez en nuestra postura y en definitiva ante la vida, las cosas o
las demás personas.
Para evitar estos sesgos, y con ellos perder información
novedosa que podría enriquecer sobremanera nuestro personal bagaje vital, es
necesario (como en todo) mantener una actitud abierta y positiva ante los
acontecimientos del día a día.
Tampoco excesivamente abierta, pero tampoco excesivamente
rígida. "Kili kolo" que dirían en mi pueblo...
Pero sí dotando a nuestro juicio de una flexibilidad tal que
nos permita no perdernos la rica variedad de la vida, información valiosa que
desconocíamos o experiencias sorprendentes que ignorábamos... Sino todo lo
contrario, desarrollarnos como personas al más alto nivel experiencial, y con
ello, en definitiva, tener además más probabilidades de alcanzar nuestras
metas, nuestros objetivos o nuestros sueños.
Así que ya sabéis, si vais a errar que sea aprendiendo que no juzgando... ¡Suerte
con esos sesgos!
Patricia Merino López
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