Colócate lateralmente a un paso
de una pared lisa. Mantén uno de los brazos pegado a tu cuerpo y el otro (del
lado de la pared) ligeramente extendido hasta tocar con el dorso de la mano la
fría pared. Permanece así durante 40 segundos (puedes contarlos). Tras ese
período de tiempo sepárate unos pasos más de la pared, y mueve tus dos manos hasta
pegarlas a tu cuerpo. Ahora observa:
¿Qué ocurre?
Seguro que observas cómo un brazo
se levanta como por arte de magia. Prueba a bajar de nuevo el brazo y a pegarlo
a tu cuerpo y observa nuevamente: ¿Vuelve a flotar? Es lo que se conoce como "el truco del
brazo flotante" o "floating arm trick".
¿Qué es el truco del brazo
flotante? ¿Por qué sucede?
La explicación de este efecto
radica en la habituación. La habituación es el fenómeno a través del cual
nuestro organismo se adapta a un estado determinado para facilitar la
interacción con el medio, tras esta habituación no obstante, tardará un breve
período de tiempo en volver a su estado basal o nivel base. Es algo similar a
lo que sucede cuando estamos expuestos al sol y después al entrar en un recinto
oscuro perdemos momentáneamente la visión.
En el caso del brazo flotante,
los grupos de músculos, que funcionan mediante procesos oponentes entre ellos
(uno se opone a otro para generar movimientos), se habitúan al estado de
estiramiento del brazo contra la pared, de manera que, queda un brevísimo
espacio de tiempo desde que los músculos envían la señal involuntaria al
cerebro de levantar el brazo, hasta que el cerebro reacciona enviando otra
señal para que el brazo deje de levantarse y permanezca pegado al cuerpo.
Se podría decir en resumen que lo
que aparentemente es un "truco de magia", para nuestro organismo es
un sencillo pero sofisticado sistema de retroalimentación entre el cerebro y los
músculos de nuestro organismo que finalmente lo definen en un cuerpo íntegro,
desdibujando así las líneas de división entre cuerpo y mente.
Patricia Merino López
Puedes ver vídeos aquí
"Floating arm trick"
Funciona
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