Sabemos que la psicología está
inmersa en cualquier producto y servicio de nuestro día a día, o al menos lo
intuimos: como son los anuncios, las entrevistas de trabajo, en la salud, e
incluso en una charla distendida con amigos o familiares usamos la psicología.
Pero la psicología va más allá. Allí donde no la apreciamos, es incluso donde
más cabida tiene: es el caso del diseño de espacios interiores, la justicia, la
música, y también el desplazamiento de las personas. Es en éste último ámbito
donde nace esta reciente disciplina: La psicología del tránsito.
La Psicología del Tránsito es
aquella rama de las ciencias psicológicas especializada en la investigación
aplicada de factores que intervienen en la circulación de personas y/o
vehículos de transporte. Aunque es una especialidad relativamente joven, se
consolida a finales del siglo XIX, pero no será reconocida como tal hasta hace
escasos años.
Sus principales objetivos se
centran en la investigación de variables intervinientes en accidentes de
tráfico, con el principal propósito de actuar en su prevención, así como la
investigación orientada al apoyo educativo y legislativo en relación a temas de
circulación, como pueden ser por ejemplo los impactantes anuncios de la DGT en
nuestro país, que tienen una indudable base científica que los sustenta.
Además, los psicólogos del
tránsito también se encargan de formar y capacitar a otros psicólogos que serán,
en última instancia, responsables de capacitar legalmente a las personas como
conductores aptos para el transporte, ya sea de mercancías o de personas.
Asimismo, y muy relacionado con
ello, también centrarán sus investigaciones en el estudio de los distintos
factores que influyen en la conducción, con la finalidad de evaluar las
posibles variables que correlacionen con los accidentes de tráfico y/o con su
prevención. Ejemplo de esto último pueden ser los recientes estudios que
muestran correlaciones significativas entre accidentes de tráfico y los
síntomas de apnea: que genera mayor somnolencia en los personas así como menor
capacidad de concentración.
En resumen, la psicología del
tránsito aun siendo una disciplina joven todavía, es una de las especialidades
indispensables del ámbito psicológico para nuestra sociedad, puesto que nos
proporciona herramientas para mejorar el tránsito de las personas, que
finalmente redundarán en traslados más eficaces y con menor grado de riesgo
para la salud de las personas que transitan, en una sociedad cada vez más
vehiculizada.
Patricia Merino López
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