viernes, 15 de agosto de 2014

¿SABES CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE UN PSICOTERAPEUTA Y UN PSICOANALISTA?




En el quehacer cotidiano es muy habitual emplear diferentes términos al hablar sobre los profesionales de la salud mental. Ejemplo de ello son términos como psicólogos psicoanalistas, psicoterapeutas, terapeutas, terapeutas psicodinámicos, cognitivos o psicólogos tal cual, que se usan a veces indistintamente para referirnos a un profesional de la psicología.


Pero si bien es un hecho que normalmente carece de importancia, la cosa se complica cuando por necesidad nos vemos en la situación de solicitar ayuda psicológica. Es aquí cuando nos encontramos un panorama publicitario en el que se mezclan dichos términos, confundiendo en nosotros el concepto de psicólogo y lo que es peor, no ayudándonos en absoluto a elegir finalmente a un profesional acorde con nuestra problemática. 


Por esta razón, hemos decidido aclarar dos de los términos que más se prestan a confusión, contando afortunadamente para ello con la opinión profesional de Rogervan Rubattino: Msc. , MBA, Licenciado en Psicología  con formación psicoanalítica americana, con más de quince años de experiencia,  psicoterapeuta y  reconocido en el mundo online por sus indispensables aportaciones, tanto en el ámbito psicológico, como en el de las artes, la música o la informática, que hacen de él un psicólogo de un bagaje personal y profesional extraordinario para el desarrollo de esta bella ciencia, en la que seguro dará mucho que hablar. 


Rogervan, muchas veces oímos hablar de psicólogo, psicoterapeuta o psicoanalista, pero realmente, ¿estamos hablando de lo mismo?


No exactamente. Un psicoanalista puede ser hoy en día en determinados contextos un psicólogo o psiquiatra especialista en técnicas psicoanalíticas y de tratamiento cuya base o fundamento es el psicoanálisis u otras teorías de aproximación freudiana, con experiencia suficientemente desarrollada.

Mientras que el psicoterapeuta puede ser un psicólogo, un psiquiatra o un profesional de la salud mental cuyo perfil profesional es en la actualidad muy variado, y que no necesariamente subscribe sus intervenciones clínicas al psicoanálisis como tal. Un psicoterapeuta  puede estar especializado en la aplicación de una o más psicoterapias determinadas.

No todos los psicólogos son o pueden ser llamados psicoanalistas sólo por abrogarse una formación teórica que no esté lo suficientemente desarrollada por la necesaria experiencia en este tipo de psicoterapia. Por otro lado hay muchos psicoterapeutas que sin ser psicoanalistas pueden ejercer perfectamente en el ámbito clínico y desarrollar intervenciones cuya orientación sea distinta al psicoanálisis. 


Entonces, ¿qué es psicoanálisis y qué es psicoterapia?


El psicoanálisis es una teoría psicológica compleja y prolija, un método de aproximación psicológica de tratamiento con bases clínicas y también una psicoterapia con sus propias técnicas de intervención, esto quiere decir que como terapia está perfectamente diferenciada de otras, aunque en algunos contextos no se aprecie así.


¿Qué diferencias existen entonces entre los psicólogos que se hacen llamar psicoanalistas, psicoterapeutas o quienes no ostentan ese título en sus anuncios?


Un profesional de la psicología, en el peor de los casos, quizás utilice el término "psicoanalista" como reclamo para actuar de manera favorable sobre un segmento de posibles pacientes que, guiados por dicha orientación, acudan a consulta con expectativas de tratamiento que a la larga no serán satisfechas como lo haría un psicoanalista con la idoneidad y competencia que se requiere en cualquier contexto psicoterapéutico que se precie por su justo rigor.


Un psicoterapeuta, sin embargo, no empleará en la mayoría de las ocasiones el término psicoanalista, a no ser que en realidad lo sea,  puesto que en la actualidad por lo general se conviene en intervenir habitualmente mediante el uso de diferentes técnicas y terapias de manera conjunta, como por ejemplo: terapias cognitivas, conductuales, etc.


En conclusión, un psicoterapeuta es un profesional de la ciencia psicológica que puede integrar o no, diferentes técnicas o modelos teóricos en su intervención para la óptima atención de sus pacientes, mientras que un psicoanalista basa y desarrolla sus intervenciones en el modelo y teoría psicoanalítica exclusivamente, salvo contadas excepciones propias del neopsicoanálisis.


Al hablar de psicoanálisis nos es imposible no relacionarlo con Freud y también con todas las incógnitas negativas que le rodean... ¿Qué hay de cierto en todos esos rumores acerca de Freud y el psicoanálisis?


Llegados a este punto, es imprescindible puntualizar que las teorías freudianas bajo mi apreciación no es que aporten conceptos erróneos para la psicología, más bien se podría decir que su cuerpo teórico tiene limitaciones y una validez relativa en muchos aspectos y contextos como lo podría tener cualquier otra teoría psicológica u orientación terapéutica.  


En base a la interpretación de dichas limitaciones y a la manera que se enfoquen los constructos psicoanalíticos se tenderá a tener posiciones extremas en referencia al psicoanálisis o más integradoras.


Independientemente de la posición extrema que adopte el futuro psicólogo en formación o no con respecto al psicoanálisis y Freud, los aportes que dicha teoría realizó son indiscutibles en el desarrollo histórico de la psicología como ciencia.



El psicoanálisis fue una de las primeras teorías  que contribuyeron de manera inefable a los inicios de la terapia psicológica como tal, ya que nació tomando como base la práctica clínica (consultas y pacientes diarios de Freud), de modo que desarrolló un conocimiento muy diferente al resto de productos psicológicos de aquella época, procedentes de la psicología experimental ávida de registros e indicios constatables. 


Esta psicología experimental generaría más constructos en los cuales no mediaba la intervención humana en ellos, en la mayoría de los casos, y que a la postre daría como resultado constructos más generalizables pero a la par, con una menor validez ambiental que los obtenidos de los casos clínicos específicos, con pacientes reales en condiciones reales.


Freud, por tanto, desarrolló su teoría en base a los pacientes que él mismo atendía, lo que derivó en aportes muy ricos en conceptos, pero difícilmente susceptibles de medición empírica, en un desafortunado momento en que la psicología se esforzaba en el ámbito experimental para ser reconocida como ciencia. 


Este hecho propició que algunas escuelas y orientaciones psicológicas aún mantengan la perspectiva de que el conocimiento psicoanalítico no es fácilmente comprobable o simplemente lo tachen de completa falacia, de forma que desprestigian en ciertos contextos esta práctica (no es el caso de EEUU u otros países donde la orientación y práctica del psicoanálisis está más difundido y aceptado antes y ahora), y aunque en su mayoría, la psicología moderna asume un enfoque integrador y ecléctico de las distintas terapias en favor de una atención más eficiente para el paciente, algunos sectores no reconocen en el psicoanálisis nada más que una mitología plagada de supercherías.


Comentas que no es el caso de los EEUU... Parece como si existieran diferentes tendencias en psicología dependiendo del área geográfica...


En Europa, habitualmente, los psicólogos tienen mayor conocimiento y más minucioso de la psicoterapia cognitiva, conductual y/o positivista, por ejemplo, con respecto a los americanos.

Sin excederme en tiempo, cabe mencionar que en la teoría psicoanalítica, en la que uno de los conceptos principales es el manejo y análisis de contenidos tanto manifiestos como no manifiestos, se pueden llevar a estudio los mismos como una unidad divisible que se puede analizar, encuadrar y tratar de manera conjunta o por separado.

Mientras que otros enfoques psicológicos como el conductual sólo admiten la existencia de lo manifiesto y en su caso sólo de la conducta observable y medible.

Es decir, mientras que la psicología conductual por ejemplo (dicho pronto y mal), poda las ramas del árbol enfermo, el psicoanálisis buscará la raíz del problema (parte que el conductismo tiene olvidada). De esta forma la teoría conductual hace que aunque se trate con éxito un determinado trastorno, no se abunde en conocer el origen interno y su psicodinámica e incluso que dicho trastorno pueda volver a ser experimentado manifestándose como una patología sustitutoria.

Ahora bien, una característica excepcional de la psicoterapia psicoanalítica, es la importancia que adquiere en ella la comprensión del inconsciente. También destaca el tipo de comunicación con el paciente, que alcanza una relevancia indispensable, la facilitación de la información por parte de éste o el cuidado de la relación terapéutica, todo ello bajo una serie de métodos y estrategias terapéuticas, que otras corrientes sin embargo no comparten.


Entiendo que unos y otros están especializados en distintas cosas, ¿sería correcto entonces derivar unos y otros trastornos a depende qué especialista?


El modelo de derivar trastornos a especialistas es un modelo médico-clínico, que en el caso de la clínica terapéutica también tiene su reflejo, puesto que actualmente además se trabaja con grupos multidisciplinares en el abordaje integral de ciertos trastornos, patologías o psicopatologías, que ya se están dejando notar en el ámbito sanitario desde hace algún tiempo.


Bajo ciertos puntos de vista puede interpretarse que dicha deriva repercute de manera beneficiosa en una mayor comunicación entre médicos, psicólogos y personal sanitario, y una mejor atención en el paciente en última instancia.


Sin embargo, en ciertos ámbitos no es lo habitual entre psicoterapeutas, al menos bajo ciertos contextos y praxis el derivar, puesto que de ser así y sin causa necesaria, podría interpretarse en realidad como un déficit de eficiencia en el tratamiento del paciente en cuestión y/o en su abordaje.

Hay que recordar que en la actualidad los psicólogos y psicoterapeutas adquieren en su mayoría un enfoque integrador que les hace hasta cierto punto conocedores de ciertas técnicas de intervención lo que no significa necesariamente que sean completamente competentes en cada una de dichas técnicas y en todos los ámbitos psicológicos donde las mismas pueden ser aplicadas.


Para terminar Rogervan, ¿nos podrías indicar algún consejo sobre cómo elegir uno y otro especialista?


Por supuesto. Lo principal para poder elegir a un especialista es que tenga una titulación constatada y además, asegurarse de cuáles son los méritos y/o experiencias que ese profesional tiene con respecto al abordaje de ciertos trastornos. Tampoco está demás reconocer, en su justa medida, cuáles son las limitaciones que pueda tener.


En definitiva, tomarse un momento para investigar si la línea teórica que maneja el profesional se corresponde con nuestras expectativas de atención. 


Con la colaboración especial de Rogervan Rubattino, quien ha contribuido a este espacio aportando, no sólo su eriquecedora opinión profesional, que también, sino todo el saber del que dispone de manera totalmente desinteresada, motivada y afable.


Puedes seguirlo:


En la red Psicodinámico: www.psicodinamico.es




O en su Blog de "Espacios Reflexivos": http://psicodinamico.es/wp-content/


Patricia Merino López 

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